miércoles, enero 21, 2009

De cómo un buen ciudadano pudo ser todavía mejor: Donar sangre azul y oro

Así como alguna ocasión tuvimos un divertido Blog del Choc, hoy tenemos un blog del Fabiripuchas, si quieren consultar los hechos hagan clic en el respectivo hipervínculo. ***Update: Un finísimo lector sugiere primero deleitarse con esta entrada para luego entrar al infame blog del Fabiripuchas.

La verdad es que la gente pocas veces se da cuenta de cuán buena persona soy.

No obstando todo lo que hago por la nación y la gente bonita que me rodea, ayer fuí -de manera totalmente desinteresada- a donar sangre para el primo del Mictlan rider, cuya rodilla se podría y hubo de ser intervenido quirúrgicamente luego de horas y horas de angustioso traslado... Una historia fea y necrotica, que tuvo buen término gracias a las finas atenciones de los médicos y mi altruista y maravillosa persona.

Luego de atender los asuntos que tenía en la Universidad, donde todos me aman y admiran, o cuando menos una de las dos, me di tiempo para apoyar a la familia del Mictlis, que es como mi hermano.

Llegué al hospital donde hubo que aguardar por largo tiempo. Parece que la gente moría debido a la escasez de sangre. Finalmente, una chica me recibió y dió una forma para llenar. Por el modo de dar instrucciones, era claro que ella piensa que todos son unos idiotas. "Ustedes dos tienen eso en común" apuntó el Tripas, ja ja ja, ¡v4leS m1l!

Luego de llenar la forma aguardamos otro rato, charlando sobre complejas y sofisticadas técnicas medicinales que hacen que uno no quiera ir ni al dermatólogo. Al poco rato salió una doctora guapa para tomarme una muestra de sangre azul y oro.

"Qué venas tan bonitas tienes" dijo (se me ocurrió algo qué decir pero lo omitiré por la naturaleza de este escrito, expuesta al final del mismo).

Se llevaron la muestra y realizaron pruebas para ratificar que ser beneficiado con una transfusión de mi sangre era lo mejor que podría pasarle a un moribundo. A continuación hicieron múltiples preguntas sobre mi interesante persona, mi intensa vida sexual y mi envidiable condición física; estando en evidencia las bondades de mi sangre, la Doctora me persuadió para donar no sólo plasma, sino plaquetas.

"Podríamos salvar cuatro vidas con unidades de plaquetas, sólo tú puedes ayudarnos" dijo en mi egocéntrica imaginación.

Accedí, y luego de ingerir valientemente cuatro vasos de jugo y dos de agua me sometí al proceso de extracción de plaquetas cuyo nombre técnico no recuerdo, pero se parecía a una figura retórica... Yo sé mucho de literatura.

Ya en el proceso, las doctoras guapas desaparecieron, ¡se trataba de un vil gancho!, ¡qué ojetes! El resto del proceso lo supervisó un marica canceroy y luego un Doctor rudo que aparentemente enviaron en vista de que el otro me causaba ostensible desagrado.

El suplicio de contener la orina por tanto tiempo fue mucho más severo que la extracción de plaquetas auriazules; al terminar fuí condecorado por salvar varias vidas de una sola vez, "Ójalá hubiera más gente sana, inteligente y apuesta como tú" dijeron en al tiempo que me daban mi vale de comida.

Sobra decirlo, los manjares de la cafetería son algo nunca visto, es algo así como que super guau y que estoy seguro nadie que lea esto conoce. La mamá y la tía del rodilla pútrida estaban tan agradecidos conmigo como todos con quienes me relaciono deberían estarlo.

Al salir de ahí todos me miraban con admiración, todos querían ser como yo; eso me ha motivado a seguir siendo una persona ejemplar y formidable, alguien que inspire a los demás.
Gracias por hacerte un favor y leer este blog, no borres esa sonrisa de tu cara cuando menos hasta que tengas la fortuna de leer mi siguiente post.

Eso fue, prometo no volver a hacerlo... pronto, ja ja ja.

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