sábado, enero 03, 2009

Sobre el blog que ya no existe (Más bien sobre la palabra escrita y la oral)

Desde el año pasado concluí que era buena idea hacer una entrada para cada uno de los sitios web que enlazo desde este blog. Creo que es importante hacer difusión y no sólo propaganda. Comentarles por qué pienso que vale la pena visitar tales sitios, por qué los tengo enlazados ahí.

El primero respecto al que comentaré es uno que ya no se puede visitar...

Es algo malo porque en varios momentos de este blog se enlazaron entradas de aquel, es más malo porque confiaba en que estaría ahí para poder consultarlo en otro momento, y es peor porque muchos no tuvieron oportunidad de leerlo.

La palabra escrita tiene la virtud, en contraste con la palabra oral, de poder permanecer a través del tiempo. Basta con que escriba "Cretino" en un puente del periférico para que dicha palabra pase por la mente de cuando menos mil cretinos.

Sería bello ciertamente decírlo a los oídos de cada uno, y es ciertamente muy distinta la comunicación oral respecto a la escrita; ambas tienen todo en común, pero es patente que hay ventajas y desventajas que aunque no terminaría de explorar en esta entrada, me contentaré con comenzar a hacerlo.

Cuando utiliza la palabra escrita, el hablante debe ser mucho más cuidadosa con su con la confección de su mensaje, pues la ausencia de ciertas dimensiones vigentes siempre en la palabra hablada pueden acarrear equívocos y ambigüedades.

Hace unas semanas veía un viejo episodio de Robotech en el canal Retro; los personajes dialogaban en torno a cuestiones emocionalmente significativas y áltamente intensas.

Eso pude entender a partir de sus palabras; no así a partir de su entonación. La dificultad en el trabajo de doblaje parece haber superado las cuestiones sintácticas y semánticas, en tanto que se logró encontrar un sentido a lo que se decía, pero no así las retóricas, en tanto que se perdió cierta información contenida en la entonación, el volúmen de la voz, la velocidad al hablar, el énfasis en las palabras...

Comenté esto con aquella que rige mis sueños siempre que estoy despierto, y con su perpetua dulzura me dijo con toda saña: "Eso mismo dice Gadamer"

Con el estómago desrevuelto (pues se revolvió una vez por como siempre pensar cosas que ya pensó alguien más, pero regresó a su estado original por la revoltura que causó que el responsable del agravio fuera el discipulo de Heidegger que tan mal me cae), concluí que hay cosas que no se pueden escribir con la certeza de que nuestras grafías contengan información suficiente para que el lector decodifique el mensaje que queremos hacerle común con nosotros.

Lo siguiente que pensé fue en aquella pregunta que me hacía la Pekejetsy hace algún tiempo respecto al canto gutural en el metal, en particular el mío en las canciones de CORRUPTED.

La oralidad permite decir cosas que sólo los grandes genios de las letras podrían capturar con grafías.

En el caso de los metaleros iracundos, no basta con decir "púdrete" hay qué decirlo de un modo tal que se entienda que el desprecio viene desde lo más profundo de nuestras visceras.

Adicionalmente está la expresividad gestual.

Si el Angel of Scissors tiene por ahí el video de Podrupted tocando "Creep" de Radiohead le agradeceré que lo role, creo que ilustra bien el asunto en torno al modo de decir las cosas.

Alguien conciente de la belleza de gozar de los sentidos humanos en su compleción debería percibir -salvo que tenga la sensibilidad de un chimpancé- también la belleza en el modo en que la sensibilidad de los hablantes es capaz de impregnar sus palabras con significados complejos.


Luego habrá más entradas musicales... Es todo por lo pronto.


En cuanto al blog que desapareció, qué decir...

¿Por qué borrar las huellas de lo que pensamos alguna vez?, ¿por qué retirar sus vestigios, cuando menos del ojo público?

Tal vez su desaparición es una metáfora sobre lo efímero de la palabra hablada.

De modo que cuando den click en el enlace "La caja de té" se encontrarán con un callejón sin salida, como lo hacemos cuando alguien calla y no sabemos cuándo volverá a hablar.


Cerramos con esta idea, apúntenla para el pichorrismo ilustrado: Las palabras no sólo dejan su huella en el papel, la arena o el acero, dejan también huella en el alma de quien las lee, y esas huellas son las más importantes.

1 comentario:

Námaste Heptákis dijo...

Quizá faltaría el enfoque de aquello que se escribió para leerse en voz alta, para que lo escrito trascienda al texto y oralizado vuele (como en el viejo adagio verba volant, scripta manet) hacia el otro, torne diálogo, y entonces, aunque mediado por el texto, lo importante queda en aquello que los dialogantes ya no pudieron escribir. O en otras palabras, el enfoque desde el que lo importante de nuestros diálogos es aquello que nos han hecho pensar.
¿Cómo ves?