jueves, octubre 30, 2008

Pinches momias

Más neurosis queridos lectores, disfruten y divulguen estas palabras por el mundo.
En algún momento de los pasados tres o cuatro años pensé en lo incómodo que resultaba vivir en un departamento, más aún si es rentado... Uno siente que se le va la vida en mantener al casero... En lo general no es tan terrible si uno tiene buenos caseros; cuando tienes aversión por quien cobra las rentas, como era mi caso con la vieja cara de perro, se vuelve muy muy pesado.
Vivir entonces en un casa que ya es para ti es un confort maravilloso, señor de tus tierras, rey del castillo, amo de la casa... Si un montón de tarugadas como esas se le ocurren a uno que se las ingenió para ser medio modesto ¿qué no se le ocurrirá a la gente que insensatamente se tiene estima de más?
Estaba yo limpiando el muladar que dejaron los malechos albañiles que repararon el techo de la casa para evitar filtraciones de agua, el patio estaba batido residuos de mezcla y un montón de arena que sobró...
Afanosamente retirabé la mezcla arenocementosa con éxito relativo del patio, hice los residuos acumulados descender por la rampa de acceso vehicular al garage y finalmente acumulé todo en una cubeta que luego vertiría sobre el montón de arena ubicado en el patio... Sí, donde originalmente estaba pero ya no desparramada sino en una sola ubicación; es interesantísimo, uno podría hacer castillos de arena formidables con esos materiales: La cubeta dejó su forma sobre el montón de arena... Como un Danonino gigante...
Terminaba yo con la pesada faena cuando mi vecina, la Mumm-Ra mediana salió y se quedó un rato viéndome; era claro que estaba ocupado y hasta la madre, ¿esperaría que cordialmente la saludara y le preguntara qué se le ofrecía? Probablemente sería tal el proceder de un buen ciudadano, pero no es tal mi caso, y lo que siguió ilustra los motivos por los que escojo no ser así (además de que no me saldría).
"¿No se tapará la coladera con el cemento?" dijo el cadaver de ultratumba, a lo que mi hígado clamó por responder explosivamente: "¡Claro que sí! El cemento tapa coladeras, ¡no sea pendeja momia!, ¿tantos años de historia vivida y no sabe cómo tapar una coladera? Seguro los egipcios que la embalsamaron lo sabían ¿por qué usted no?"
Mi pudor clavó la mirada en mi pala y mi balde de desperdicio y sólo repuse: "sí... Por eso lo estoy juntando aquí..."
"es que no se vaya a tapar la coladera"
Ahhh con que ese era el sentido de su pregunta... Por supuesto que lo entendí desde el principio... Como anteriormente expuse alguien que vió cómo construyeron las pirámides de Giza y luego vino a supervisar la construcción de Teotihuacan no podía ignorar que el cemento tapa coladeras...
Ya dije que no soy un vecino diligente pero ¿es mucho pedir otro modo de inquirir que me revuelva menos el estómago? "(1) Buenas noches, (2)¡oiga, no se vaya a tapar la coladera!"
Y es que si de algo estoy cierto es que el día que me meta con las chingaderas que sean que alguien más esté haciendo, -por mal ciudadano que llegue a ser- utilizaré formas de cordialidad mínimas, sobre todo, lo último que haría sería referirme a los demás como si fuesen subordinados míos: Tener una casa propia le infla el ego a la gente pendeja...
Tal vez sea que se considera de otra clase por ser un personaje ya milenario, pero si es tal el caso, sólo se ha evidenciado la máxima que alguna vez me dijo mi maestro Francisco García Olvera: Hay qué cultivar las virtudes cuando eres jóven, si no, entre más viejo más pendejo...
"sí... por eso la estoy poniendo aquí" repetí enfáticamente, acto seguido se marchó.
Alguien ha dicho que ese modo enfático de decir las cosas hace que sobre decir "no esté chingando" y... Si ese alguien tiene razón, estaré complacido.

2 comentarios:

Chopperstardust dijo...

ja ja ja ja... aqui iba el post. "Dueño del Imperio" :p

Námaste Heptákis dijo...

¿Cuál sería el interés de esa señora en la coladera?
¡Seguramente se reúne con sus amigas momias en la coladera y comen monaguillos!