jueves, agosto 07, 2008

Sobre la necesidad de un amor desesperado (II)




Esta es la segunda entrega del ensayo, he de comentarles que me resultan mucho más afables las horas de oficina confeccionando estos posts, sin duda es más llevadero que te interrumpan si sólo estás trabajando en la edición de la publicación electrónica respecto a la revoltura de estómago que implica que te interrumpan cuando tratas de escribir un ensayo o parte de la tesis... Es por eso que tales cosas sólo puedo hacerlas por la noche como les decía en hace unos días... En fin, aquí la segunda parte.




II El drama no refleja la realidad tal cual es, sino como podría ser.




Un muy preciado elemento que los dramaturgos tienen a favor del éxito de sus obras es que los espectadores no muy agudos de mente, e incluso los que sí, suelen olvidar que el drama es una exaltación de las características de los hombres, que las historias que cuentan una extrapolación de anécdotas de las vidas de hombres comunes relatadas de manera extraordinaria.
Si se asomaran a una historia con final alterno, un mundo posible tras del telón donde descubrieran que la efervescencia de Julieta se podía apagar con antiácido, que el fuego de Romeo se incendiaría por alguna cortesana con más ingenio y talento cada que llegara la quincena, que Sócrates luego de un par de audiencias más resultaría ya no en héroe, sino en un viejo insensato que dejó desguarecida a su familia, y al ser juzgado por un tribunal distinto habría sido condenado a muerte no por corromper a la juventud ni por amar a la sabiduría sino por irresponsable, que el Nazareno empalado hubo de ser forzado a subir a los cielos por una escolta de 666 arcángeles (no exagero: Era el hijo de Dios), pues sólo así pudieron contener la venganza iracunda que fraguó los tres días que pasó en el sepulcro, alimentando una feroz –aunque divina- furia albañil luego de la aporreada que le pusieron los judíos...
Algunos espectadores de dramas, agudos y no tan agudos, encontrarían en el siguiente episodio de la vida de sus personajes favoritos un sinsabor que los haría pensar “mejor se hubieran muerto como Heath Ledger, inmediatamente a consumar su mejor papel."

Continuará...





Esa fue la segunda parte, para ilustrar el sinsabor que causaría ver a los personajes dramáticos tan humanos como nosotros aquí les comparto el video de Jesucristo madreando al borracho que tiró su bafle.


Pinche estúpido!, ¡ya vete a la verga!" Podría ver este video por el resto de la eternidad, ja ja ja.

Ojo, parece que soy muy inepto o el blogger no quiere nada que no sea youtube... Hay qué pasar ese video a youtube, no puede ser negado al mundo... Si quieren verlo el enlace es http://s117.photobucket.com/albums/o79/Wreako/?action=view&current=ElDiosRencoroso.flv chale...

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