lunes, julio 28, 2008

Hay cosas que no se pueden piratear.


Hoy leí en cierto blog una nota respecto al combate a la piratería, en aquel se expone cómo el aspecto económico social y cualitativo no resultan elementos suficientes para disuadir al consumidor de piratería de adquirir los productos ilegítimos en tianguis o vagones de metro, encontrando como única alternativa una labor de conciencia por parte de los consumidores, donde aquellos habrían de notar que de no resultar redituable publicar obras en casas editoriales se pondría en entredicho la viabilidad de tal empresa, se habrían de dejar de producir libros, en consecuencia discos, películas y varios artículos que hacen nuestra vida distintivamente humana.
No pretendo cuestionar ninguna postura plasmada en dicho blog, a partir de aquí me limito a hacer mis anotaciones respecto al tema, agradeciendo la publicación de aquel y de nuevo recomendando su lectura.
Es sencillo: Hay cosas que no se pueden piratear.
Tal vez los productos más pirateados sean las producciones musicales y las películas, la razón a mi parecer es más bien obvia: El producto pirata no dista en calidad respecto al original; cierto, existe el fetiche -que comparto- por tener las cajitas y los booklets con el arte y agradecimientos a la abuelita y hasta al perro, pero la música y las películas pueden reproducirse ya sin detrimento en calidad.
Cierto es que la industria se ha de mantener viva, que debe haber consumidores si queremos seguir teniendo películas tan asombrosas como Batman (y aquí no estoy siendo irónico, ¡qué bueno era ese Heath Ledger!) o el Super Agente 86... Producciones que a todas luces tienen como fin el consumo, pero no dejan de hacer gala de grandilocuencia técnica, tecnológica y gran ingenio... Sí, me gustaron las dos.
Pero la película en sí, ¿puede ser pirateada? Estamos hablando ya a dos niveles, uno donde distinguimos un producto original de uno pirata basados en los procesos de su manufactura, métodos de distribución y compra-venta, y otro que no quisiera llamar artístico, pero sí, artístico aunque sea mínimamente.
La película en sí no se puede piratear, la grandeza del Guasón, la incomparable voz de César Costa, las ingeniosísimas letras de los CORRUPTED son cosas que no pueden ser sustraidas a partir de los procesos de producción; muy distinto sería si alguien rodara una serie en sudamérica y la nombrara "Amas de casa desesperadas" sin declarar que es un "cover" del "Desperate Housewives gringo... Eso sería lo más cercano a piratear, robar una idea y pretender hacerla pasar por propia, en el argot musical se dice de tal acción "fusilar"...
Piratear en términos de producción es parecido, sí, robar un producto y obtener ganancias de él como si nosotros lo hubiésemos producido integralmente.
Entonces, en los productos puestos en html, en wma, mp3, y vayan ustedes a saber cuántas siglas más, cuando aquellos son autotélicos y no pensados en términos de consumo, la piratería no hace mella: Si una canción es hecha para ser escuchada, si un libro es escrito para ser leído, si un insulto es proferido para ofender, están cumpliendo con sus fines propios y si enriquecen a alguien más o a uno mismo, o no, es un asunto tangencial.
En cuanto a otros productos de índole más ostensible, y tal vez ahora sí de consumo, no puedes piratear un buen auto, ni un buen vino, ni una buena guitarra, quienes saben notan la diferencia entre lo auténtico y lo espurio, y la encuentran inaceptable...
Es curioso, ya no encontré la foto que "El Independiente" publicara de la hija de Fox presumiendo su bolso Louis Buitrón más pirata que Jack Sparrow... Lo dejo en calidad de chisme porque me lo contó el tripas y El Universal parece corroborar su versión: Qué quemón para la mocosa... Como traer una Halley Davidson o tomar whisky Blacker Label... En tales casos quienes son vulnerables son a) quienes no saben lo que compran b) quienes son guiados por la pretensión... Lamentable e irresoluble en el segundo caso, meramente desafortunado en el primero, aunque triste si no se vé plausible una solución...
En fin, con cosas más sensibles también tiene vigencia tal sentencia... No puedes piratear una medicina ni un alimento, pues podría en entredicho la vida de las personas... Si un producto es suficientemente bueno, aunque repita en mayor o menor medida los patrones de otro, puede considerarse auténtico y tener su propio nombre... No debería haber lugar para la piratería en cosas así...
Piratear... Robar un producto y obtener ganancias como si uno lo hubiese producido integralmente. Qué desgracia, pero insisto, hay cosas -como este infame blog- que no se pueden piratear; en cuanto a la otra modalidad de piratería, robar el nombre de un producto y elaborar uno espurio que pretenda ser original, creo que ahí sí nadie es inmune, pero como dije antes, un impostor infame pronto es reconocido, y si llegase a engañar por mucho tiempo tendría qué ser algo muy bueno, y meritorio de alguna loa.
Sólo para redondear el asunto, quienes "piratién" bebidas alcohólicas merecen morir lenta y dolorosamente.

2 comentarios:

Námaste Heptákis dijo...

Si hay algo en lo que difiero hasta el enojo es en eso de "la incomparable voz de César Costa". La podemos comparar con muchísimas cosas, y todas ellas muy horrendas.

Respecto a lo otro, pues ya seguiremos el diálogo.

Y cuando hablabas sobre eso de que pirateen tu blog, me acordé de lo que le pasó a Alejandro Aura, y cierto, el estilo era otro. El problema es cómo estar seguro de la identidad del autor del blog.

Gracias.

Anónimo dijo...

o cuando te quieren vender unas marantes por marten´s... chiaaa!!! Pero pus hasta en los perros, hay razas, yo si puedo presumir entonces soy más chic que la hija de Vicentito, tengo mi LV original y la adorooo!!! jaaaaaaaaajaja

blackfashion & deatfashion ruleeeees!