Quedará reservado pues para cuando el espectador haga una visita al museo de arte contemporáneo y pase media hora buscando entender la relación entre las bananas de unicel que penden de un hilo y la cédula que busca explicarlas; mientras tanto, el internauta preferirá evitar la mediatez.
En la posmodernidad importan los hechos, incluso las opiniones, pero no las razones. Recuerdo haber trabajado un texto que hablaba sobre las bondades de uno de los nuevos periódicos/panfletos publicitarios donde se ufanaban de que ellos proporcionaban hechos, no puntos de vista.
La posmodernidad acentuó también el pensamiento binario, donde no existe el agua tibia: Estás a favor o en contra de algo.
Estés a favor o en contra, tengas o no una opinión, las razones detrás resultan irrelevantes, el hábito de cotejar las razones que tenemos para sostener algo está en desuso -decía hace unos días-; a lo más resulta atractivo cuando a través de retóricas y hermenéuticas torcidas se pretenderá que sobre una interpretación A=B y sobre otra A=C, aunque B y C resulten contradictorios: La hermenéutica promueve el relativismo y por lo tanto la indiferencia.
¿Y eso qué tiene qué ver con el twitter?
Cuando Pecatus me explicó de qué se trataba, "es como un miniblog, pero con caracteres limitados. Sólo publicas ideas pequeñas, cosas que con unas cuantas lineas tienen" me sonó como un medio pensado para incentivar en el internauta la capacidad de síntesis, o mejor aún, el cultivo de bellas figuras poéticas como el aforismo o el haikú (es decir lo mismo pero más bello).
El auténtico inquirir tiene origen en un lugar distinto del ocio; el ocio permite cultivar la filosofía, sí, pero el ocioso de alma mezquina difícilmente será filósofo así tenga por tiempo de ocio la eternidad."
5 comentarios:
estoy temiendo que necesitaré de tu ayuda para cuando me enfrasque en la discusión de mi tesis sobre la orientación del carácter cibernético...
Y por buenas razones tal idea te produce temor. Será un gusto, siempre que haya ocasión de vituperios cuenta conmigo.
Yo pensaba que el Twitter igual y servia para promover mi campaña de venta del voto. Primero pensaba en romper mi boleta, pero después pense en algo más rentable:
"vende tu voto: todos ganan, partidos, tu bolsillo y la democracia"
Después de todo no importan las razones que uno tuvo para votar, sino emitir el voto. Si importaran el IFE no estaría chingando con eso de que no nulifiques tu voto...
Pero sí, que güeva otra cuenta, además con lo del Che tenemos; es una campaña que sí promete resultados reales.
Haces bien en no tener twitter; absorbe el cerebro y te hace expeler puras estupideces. Tsssss.
jajajaja, vaya twitters!!, pero bueno, ya tienes tu respuesta del por qué no lo tienes je je
todo esto me recordó que "lo prioritario, no deja tiempo para lo fundamental".
saludos
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